martes, 16 de marzo de 2010

Señales

                                  “¿es que acaso existen las casualidades?”
Comienza el día.
La pava que chifla.
Mi corazón palpita hondo,
el sol asoma
-“Buen día! mate?”
la tostada que espera…lista.
Detalles que cuentan y suman, se imponen
sin poder pasar inadvertidos a mis sentidos.

La llave en la puerta y el auto en marcha
-“Perdón, siempre me atraso, doy vueltas…”- me excuso,
[porque hoy alguien me espera].
Acomodo libros, ideas, mis tacos resuenan,
-“Ya salgo”
-“ya vuelvo!” - me mira, sonríe.

Mis emociones han sido sentenciadas a fluir sin frenos ni dilaciones.
Complicidades cotidianas que brotan [a nuestro pesar]
-“¿vamos a casa?”- sonrío, sonríes… y te miro al alejarte.

El sol acaricia tu cara
vuelvo a mirarte con disimulo,
y tejo… flores, música, sonrisas, vuelo…
Cambio de canal como si pudiera
con ese mismo botón
[a esta altura]
cambiar de idea.

Y llega la tarde,
Nuevamente la pava chifla,
codo a codo, risa a risa.
Te sostengo la mirada sin decir nada, me hablas.
Está bien, te acepto, me dejo cuidar…me dejo llevar…

Disfruto de la luz de la tarde que brilla en tus ojos,
[…y pienso seriamente si será posible,
algún día, poder dormirme en tu abrazo…]

Símbolos

Pugna por salir, empuja, quiere ver el sol,
alcanzar la razón de su existencia.
Estirar las manos y emerger a la superficie
a pesar de las inclemencias del tiempo,
de las fuertes pisadas embates del destino,
de las frustraciones o satisfacciones.
Parece que ha llegado el día …
de florecer.

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