Acaricio tu pelo encanecido
y los surcos que el tiempo ha marcado en tu piel.
Me reconozco en el gesto de tus cejas levantadas
y la mirada esperanzada que aguarda el nuevo día
e intenta huir por la luz que la ventana acerca.
La forma de tus dedos claros
habla de ella...
de vos y de mí,
de esa línea que nos une
más allá del tiempo y del lugar,
del hilo perenne que borda
los recuerdos mas contenedores.
miércoles, 9 de diciembre de 2009
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hola piedra preciosa!!
ResponderEliminarpaso de dejar mi huella a tu blog, esta lindo cheeee...
un abrazo desde Santiado de Chile