Siento la trascendencia del paso que camino
Saliéndose mis pies de mi propio andar.
Porque el camino me lleva, y tu cuerpo,
y te sigo, sin pensar.
Y llevo esta alegría, que a veces se transforma
En ecos de miedos, de fantasmas
y molestos pensamientos que
me envuelven, y distraen.
Y en vano intento disimular,
el latido de mi corazón cuando camino,
cuando te abrazo o me miras
o en tus ojos, me miro.
Es que aquí estamos
Intentando descifrar el código que nos trajo a este momento.
Percibiendo la existencia de un hilo conector más allá del intelecto.
Indagando en el destello de tus pupilas cómplices y tu sonrisa clara.
Y aún así,
Te sigo.
domingo, 17 de abril de 2011
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